Publicado el marzo 13, 2008 por Juan Martins
Creo que mi acercamiento al Teatro Estable de Villa de Cura, fue hace más de quince años. Fue en una función que
hicieron en La Misere. Fue una obra con dos actores. Orlando actuaba.
Recuerdo que antes de comenzar la obra, estaba sentada, en el círculo de
representación y el maestro tenía la puerta abierta mientras se maquillaba. Mi
mirada fue persistente y el se fijó en que estaba “espiándole“ su proceso de
preparación, así que muy lentamente cerró la puerta. Esa indiscreción fue
comprendida por mí más tarde, cuando entendí que la preparación de un personaje
es un ritual, que sin pertenecer a ninguna religión, pertenece a misterios, a
un metalenguaje. Así es el trabajo que Orlando Ascanio realiza en el Teatro
Estable de la Villa, que este domingo 9 de marzo arribará a sus 26 años.
Y es que el Teatro Estable de Villa de Cura, tiene suerte en tener aún a su maestro fundador, un hombre con esa mística y esa persistencia. Es un gran maestro de actores y excelente dramaturgo. Ya Ascanio tiene 50 años de labor teatral y pareciera que la gente que otorga el Premio Nacional de Teatro, no lo sabe. Esto lo escribo porque quiero, porque aunque los premios son eso, premios, también forman parte del estímulo que debe dar entre otros y principalmente el Estado que por cierto da muy pocos en materia cultural.
Bien, con o sin estímulos Ascanio, ha seguido, y no como muchos otros creadores. Es un creador con medio siglo en las tablas. Las nuevas generaciones de hacedoras y hacedores de teatro deben ver en él una persona con una poética teatral, una especie de Barba que persiste en su isla flotante, resurgiendo cada vez aunque mucho le sea adverso. Muchos son los nombres que desde la escena forjó Orlando Ascanio, para el Teatro Estable de Villa de Cura y para el teatro nacional. Son veintiséis años en que el maestro debiera tener una pensión de vejez, una sala más acorde con su labor-la que tienen la ha levantado él con sus alumnos-as, entre ellos Luís Enrique Torres, ese gran actor, entre otros-que dedican sus días y su ánimo a seguir siendo un TEATRO ESTABLE. Mucha gente y mucho talento ha pasado por esos escenarios.
Mis deseos en esta celebración, es que se reconozca y se apoye la labor de Orlando Ascanio, decididamente a nivel de estado regional y capital, para que continúe haciendo lo que le da vida a su vida: teatro, puro teatro, como dice la Lupe, a quien adoro como él adora y a quien agradezco el que me presentara a una cantante sin igual como lo es la cubana La Freddy. Por Ascanio, conocí esa Salomé de Saura, con Aída Gómez, con quien hice contacto y casi la traemos a Maracay, y conocí ese terrible Puñal que es Saló, de Pier Paolo Passolini. Y así otras tantas anécdotas y “chismes teatrales“dignos de una novela por lo singulares y ocurrentes. Eso sí, todo con arte, con mucho gusto, como ese detalle que siempre tiene el maestro de elaborar ensalada de gallina “sin gallina“, como dice él pero que es una delicia. En fin, toda una vida maravillosa, con experiencias hermosas que aun tiene tanto para dar.
8:04pm/miércoles/5/3/2008 Diario El Periodiquito.
Y es que el Teatro Estable de Villa de Cura, tiene suerte en tener aún a su maestro fundador, un hombre con esa mística y esa persistencia. Es un gran maestro de actores y excelente dramaturgo. Ya Ascanio tiene 50 años de labor teatral y pareciera que la gente que otorga el Premio Nacional de Teatro, no lo sabe. Esto lo escribo porque quiero, porque aunque los premios son eso, premios, también forman parte del estímulo que debe dar entre otros y principalmente el Estado que por cierto da muy pocos en materia cultural.
Bien, con o sin estímulos Ascanio, ha seguido, y no como muchos otros creadores. Es un creador con medio siglo en las tablas. Las nuevas generaciones de hacedoras y hacedores de teatro deben ver en él una persona con una poética teatral, una especie de Barba que persiste en su isla flotante, resurgiendo cada vez aunque mucho le sea adverso. Muchos son los nombres que desde la escena forjó Orlando Ascanio, para el Teatro Estable de Villa de Cura y para el teatro nacional. Son veintiséis años en que el maestro debiera tener una pensión de vejez, una sala más acorde con su labor-la que tienen la ha levantado él con sus alumnos-as, entre ellos Luís Enrique Torres, ese gran actor, entre otros-que dedican sus días y su ánimo a seguir siendo un TEATRO ESTABLE. Mucha gente y mucho talento ha pasado por esos escenarios.
Mis deseos en esta celebración, es que se reconozca y se apoye la labor de Orlando Ascanio, decididamente a nivel de estado regional y capital, para que continúe haciendo lo que le da vida a su vida: teatro, puro teatro, como dice la Lupe, a quien adoro como él adora y a quien agradezco el que me presentara a una cantante sin igual como lo es la cubana La Freddy. Por Ascanio, conocí esa Salomé de Saura, con Aída Gómez, con quien hice contacto y casi la traemos a Maracay, y conocí ese terrible Puñal que es Saló, de Pier Paolo Passolini. Y así otras tantas anécdotas y “chismes teatrales“dignos de una novela por lo singulares y ocurrentes. Eso sí, todo con arte, con mucho gusto, como ese detalle que siempre tiene el maestro de elaborar ensalada de gallina “sin gallina“, como dice él pero que es una delicia. En fin, toda una vida maravillosa, con experiencias hermosas que aun tiene tanto para dar.
8:04pm/miércoles/5/3/2008 Diario El Periodiquito.
este comentario es de la gran amiga poeta, dramaturga directora y otras tantas cosa que la adornanMARIOZZI CARMONA. GRACIAs amigas. asi en mayuscula.
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