miércoles, 15 de agosto de 2012

ME ENCONTRE CON LA POESIA A LA ORILLA DEL MUNDO


Por Orlando Ascanio
Villa de Cura, 25 de Febrero del año dos mil Doce.


        No recuerdo si lo leí en algún sitio o se lo oí a alguien. Puede ser que lo haya
soñado. Sólo se que me resulta ideal para iniciar este relato, visión o sistemática
histórica como dice uno de los integrantes del Grupo Teatral donde milito desde
hace 29 años.

        Nací en el Hospital Policlínico de la fría ciudad de Los Teques de los altos
Mirandinos, un 23 de Mayo de 1939 a las 3 de la tarde bajo el signo de Géminis, con
ascendente en Libra (pienso y equilibro).

       ¿Que por qué me encontré con la poesía a la orilla del mundo? Porque es muy cierto.
Cuando llegué a Villa de Cura, mi mundo cambió. La Quema de Judas de “Los
Colorados” Los cuentos de los señores en la plaza Miranda, las ventanas, las
gárgolas de las casas viejas, el patio al final de la Casa del Santo Sepulcro y otros
detalles fueron alimentando y despertando la poesía vivida y esta nueva que se
ofrecía como una ceremonia para sacar a flote los fantasmas de mi niñez. En mi afán
de conocer Villa de Cura caminaba desde el centro hasta la redoma de “Los
Colorados y sentía que mas allá no existía sino el cielo rojizo de las tardes. El
cansancio por la caminata me obligaba a descansar en esa orilla. También porque
no me atrevía a ir mas allá. Luego por esa orilla me iba hasta “Mata de Café” a
dormir en casa de los Petit Marcano. Me vine a Villa de Cura, con el propósito de
alejarme de una serie de conflictos personales, de descansar un poco del gran
bullicio de Caracas donde vivía para aquel entonces. Venia lleno de éxitos como
actor: Dos grande triunfos “Calígula” y “Marilyn la Ultima Pasión” dirigidas,
versionada y escrita por José Simón Escalona con el Grupo Theja. Fue por tiempos
de peregrinación.

         En la Calle “Leopoldo Tosta” detrás de la Biblioteca, nació a escondidas el Teatro
Estable de Villa de Cura, a escondidas porque a veces los ensayos terminaban muy
tarde y nos quedábamos a dormir sobre un montón de libros viejos y abandonados
porque solo teníamos permisos hasta cierta hora. La pasión podía más que las
criticas, los insultos, las injurias “¿Por qué
 si viene de triunfar en Caracas, de alternar
con los grandes de la capital, no se devuelve y nos deja en paz?” o “A mi me parece
que ese tipo no es actor nada y anda huyendo de la policía o de algo que hizo.
Eso vamos a tener que averiguarlo” “ ¿Y si es un espía de los Cisneros?”. “La
Ultima Cinta” de Samuel Beckett; “El Pedido de Mano” de Anton Chejov; “Sueños”
propuesta de Orlando Ascanio, que participó en el Festival Liceísta local y que
causó gran escándalo por lo atrevido de las imágenes, porque el elenco no
parecían actores villacuranos, que estaban poseídos, que eran actores no aptos para
participar en un festival liceísta porque todos eran profesionales. Un gran piropo
pero desalentador para los muchachos porque ellos querían un premio. Con los que se
quedaron vino “Cenizas”, de Orlando Ascanio nuestro primer gran triunfo y que nos
dio a conocer en Maracay y en todo el país como un grupo con grandes propuestas
y un elenco de una gran calidad profesional

         De la Calle “Leopoldo Tosta” fuimos a parar a la Calle “Miranda” gracias al apoyo de
nuestra gran amiga ya ida: Trina Linero de Albert, nuestra gran amiga la Primera
Actriz Venezolana Mejicana Teresa Selma, el apoyo de Roger Barreto quien luchó
con nosotros por la permanencia de una sala de teatro en Villa de Cura. Luego la
gente se fue acercando. En esa sede se gestaron “Simulacros en la Soledad”, “Coro
de Señoras” “Olor a Carne Roída”, “Mascaradas”, “Leo, Gato y Rey” entre tantas.
Vale la pena destacar que por primera vez en el año 87 el Consejo Nacional de la
Cultura CONAC, gracias a la gestión de una amiga actriz conocedora de nuestro
trabajo (Norka Valladares) nos tomó en cuenta la labor que veníamos realizando y
nos asignó un subsidio (así se llamaba) de 60.000 Bolívares de los viejos y 10.000
como aporte a la Producción para la obra: “Alacranes”. Muchos premios, muchos
reconocimientos, muchos piropos de la critica especializada durante este año
porque en el 88 con la salida de la Señora Valladares del CONAC, perdimos el
aporte. Fuimos desalojados de la Sede en la Calle Miranda, por no tener con qué
pagar el alquiler y fuimos a parar a Magdaleno donde junto al Teatro Estable de allá
se gestaron muchas obras con las que asistimos a diferentes Festivales: “Ángeles
Olvidados por el Tiempo” “Recuerdos” entre otras. La desidia, la envidia, el chisme
y la mala voluntad acabó con un lindo trabajo en conjunto y tuvimos que emigrar a
San Francisco de Asís. Un comienzo muy lindo pero como decía mi mamá “el
pescado a los tres días hiede….” Una vez más la envidia, la mala voluntad acabo con
todos los planes. Lo único grande y hermoso que se gestó dentro de esas cuatro
paredes fue “Errantes” espectáculo montado en una noche, con ensayo, diseños y
todo lo concerniente a la obra en una noche repito. Al día siguiente estrenamos en el
Segundo Festival Nacional de Teatro “Emma Soler” en el Teatro Leoncio Martínez de
Los Teques. A partir de un texto poético de Vianney Rodríguez se construyó una
gran cantidad de imágenes que fue de gran impacto en el público a nuestro favor.
Nadie quería creer que en una noche se gestara tan hermoso espectáculo. En el año 90
volvimos a Villa de Cura, gracias a la benevolencia de la Señora Marta de Martínez
Directora de Danzas “Caribay” quien nos ofreció compartir un pedacito para que el
grupo no andara del timbo al tambo. Se lograron muchas cosas en esa sede de la
Calle Páez: la visita del maestro Rafael Briceño, Armando Gota, Gustavo Rodríguez,
América Alonso, Esteban Herrera, Horacio Peterson, Pilar Romero entre
otros. “Camerinos” “Divas” “Bajo la Mirada de Gardel”, “Por Nuestras Pequeñas y
Terribles Miserias” entre otras. Todas con gran éxito de crítica y de público. Fue el
proyecto de unos jóvenes de Quinto año del Liceo “Alberto Smith” para su
graduación enmarcado dentro de una actividad cultural el que nos hizo asesorarles
y pautamos dentro de toda la programación planificada traer a la Profesora Pilar
Romero a dictar una conferencia en el mismo Liceo sobre el Instituto Universitario
de Teatro IUDET para aquel entonces. Pilar habló del Instituto y también de El Teatro
Nacional Juvenil de Venezuela TNJV. Se logró trabajar en conjunto Teatro Nacional
Juvenil de Venezuela Núcleo Aragua y el Teatro Estable de Villa de Cura. El espacio
que nos brindo Danzas “Caribay” se hacia pequeño para las tantas actividades y fue
cuando uno de los integrantes del grupo  sugirió: “cerca de mi casa hay un

galpón abandonado” pregunté ¿Dónde queda eso? Por Guayabal, En “Los
Coloraditos”. Me brillaron los ojos como nunca. Vivir en una parte de esa orilla del
mundo donde por primera vez me encontré con la poesía.

               El Galpón, un sitio sucio, descuidado, donde guardaban autobuses, lleno de grasa.
              Nadie quería trabajar por lo terriblemente feo del espacio. Dos o tres de los
muchachos se animaron y el TNJV sede Principal decidió pagarnos el espacio
(25.000 Bolívares de los viejos) y que nosotros lo limpiáramos y corriéramos con los
gastos. Así se hizo. Nos mudamos para el galpón el 3 de septiembre de 1994. Se
realizaron muchos talleres con grandes maestros de la escena, espectáculos,
lecturas de poesía, conciertos, enviados desde Caracas y algunos amigos ganados
para la idea. En el año 95 el recorte presupuestario a nivel nacional, las inútiles
esperas a las puertas del despacho del Gobernador, el si pero no, pero espérate, el
ya va, dame un poco de tiempo del Alcalde local, hizo que el TNJV Núcleo Aragua
despareciera por falta de apoyo gubernamental, y se quedo solo el Teatro Estable de
Villa de Cura a la orilla del mundo con una mano adelante y otra atrás como decía mi
mamá. Nunca podré olvidar cuando Luis Enrique Torres que fue el único que se
quedó, con lágrimas en los ojos me preguntó: "-¿ Y ahora que vamos a hacer?"  Lloré
durante un largo rato en el patio. Me hacia falta, porque tenia tiempo que no lo hacia.
Después de ese largo rato, tome la decisión de quedarnos, de luchar por lo ganado.
                Logramos la única sala de Teatro con permanente programación en el Municipio,
que lleva por nombre Sala de Teatro “Enrico Terrentin” en homenaje a ese gran
maestro técnico, director y novio de la madrina del Teatro Aragüeño. Actividades de
poesía, Narración Oral, cine, danza, teatro, talleres, conferencias, Muestras,
Festivales sustentan las diferentes actividades para mantener la sala viva.
                Destacados Grupos de Teatro a nivel Nacional e internacional como de España,
Chile, Méjico, Argentina, han puesto su granito de arena. Talleres y Conferencias
con destacados maestros nacionales e internacionales como: Alberto Ravara
(argentino) Héctor Becerra (argentino) Eduardo Vergara (cubano) Elba Escobar
(venezolana) Fernando Villate (Colombiano) Ludwig Pineda (Venezolano) Cruz
Noguera (Venezolano) Teresa Selma (Méjico - Venezolana) (Enrico Terrentin
(Venezolano) Mariozzi Carmona (Venezolana) Mario González (argentino) Carlos
Dimeo (argentino – Venezolano) entre otros que escapan en este momento de mi
memoria. Este año celebraremos 30 años del Teatro Estable de Villa de Cura y 18
años en este espacio. Aun no hemos logrado una sede propia. Muchos
ofrecimientos, viajaderas, gastos, papeleos, esperas, trámites y pare usted de
contar. Se han tocado todos los puntos gubernamentales y políticos sin una
respuesta satisfactoria

                Obras como “A Petición del Público”, “Aquel 19 Será” en coproducción con la
Compañía Nacional de Teatro, “Los Peces Iracundos”, “El Pedido de Mano” de
Anton Chejov, “Por el Norte con el Mar de las Antillas”, “Desvencijado”, “Los
Invasores” espectáculo del Chileno Egong Wolf versus Orlando Ascanio en
coproducción con la Compañía Nacional de Teatro, “Post Data”, “Juegos

y Recuerdos”, “Princesa de Piedra, Corazón Valiente” de Luis Enrique
Torres, “Extraños en la Noche” de la cubana Esther Suarez en Coproducción con el
Teatro Nacional Juvenil de Venezuela, entre otras tantas. Son espectáculos que han
visto luz en este espacio a cargo del Teatro Estable de Villa de Cura.

            Hoy por hoy contamos con la Sala de Cine Comunitaria Villa de Cura y la Sala de
Teatro “Enrico Terrentin” pertenece al Circuito de Salas Concertadas del Ministerio
del Poder Popular para la Cultura.

           Debo hacer mención que cuando iniciamos nuestras actividades en este espacio,
toda la comunidad se acercó con miras a hacer teatro, ahora bien cuando se dieron
cuenta que la cosas eran mas serias  de lo que pensaban, muchos se fueron aislando y
participando hoy en día como espectadores. La novedad de un teatro, las figuras de
la televisión que siempre nos visitan causaron el furor y la emoción que luego se fue
aplacando.

           El trabajo en esta comunidad ha sido y es duro, difícil y al mismo tiempo
enriquecedor, nutritivo, por la variedad de criterios que luego se van cotejando
para fijar determinados propósitos, para llegar al desarrollo social, al crecimiento
intelectual y espiritual de todos. Lo que sé, puedo decir que se lo debo a toda esa
gente con quien he compartido el trabajo comunitario a través del teatro. Claro
está, la escuela teatral me ha brindado las herramientas, la base para trabajar, para
edificar; ahora, lo que me ha formado realmente es ese codo a codo en el día a día
que me insta a crear nuevas formas o maneras para resolver, para tomar decisiones
sobre la realidad en la que trabajamos, para conocerla profundamente aunque cada
vez se hace más compleja porque está siempre cambiando y transformándose. Llevo
55 años de vida teatral y me atrevo a decir que el ochenta por ciento de esa carrera
o de ese trabajo que he realizado, ha sido para este otro lado de la vida a la orilla
del mundo por decirlo así; siempre con las mismas ganas de compartir saberes, de
estimular inquietudes, de palpar logros importantes para cada quien. Gente que no
consiguió con el teatro lo que buscaba y que lo aprendido le sirvió para continuar
otra carrera, aun así no dejan de hacer teatro, porque siempre lo recuerdan como
un aprendizaje, una lección o la puerta que se abrió para continuar, para crecer para
avanzar…. Para reencontrarse con la poesía a la orilla de mundo.


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